martes, 22 de enero de 2013

84, Charing Cross Road




¿Quién no se ha enamorado en algún momento de su vida de un espacio, de un lugar, de un objeto, de un libro? Pues esto es lo que le pasó en su momento a la escritora Helene Hanff, y nos lo cuenta en su novela epistolar “84, Charing Cross Road”. Utilizando el libro casi como fetiche, nos cuenta la relación que mantuvo durante más de veinte años con Marks & Co., una pequeña librería situada en la calle londinense que da título a la obra, con la que mantuvo una ávida correspondencia motivada, en origen, por su afán de solicitar libros de ediciones inverosímiles y difíciles de encontrar. Con el tiempo la relación comercial dio paso a una amistad con los trabajadores de la librería que hacían lo imposible por saciar la sed de Helene por la literatura en papel en formato de extrañas encuadernaciones.
        
         “Dios bendito!, qué maravilla esas "Vidas" de Walton! Es increíble que un libro publicado en 1840 se conserve en tan prefecto estado más de un centenar de años después. Son tan hermosas esas páginas aterciopeladas, cortadas a mano” (p. 66).
          
           “Si tiene que limpiar su Biblia Grolier, le aconsejaríamos que empleara jabón normal y agua. Ponga una cucharadita de carbonato sódico en medio litro de agua templada y emplee una esponja   enjabonada. Creo que con esto retirará la suciedad; después puede abrillantarlo con un poco de lanolina” (p. 57).

Un libro rápido, fugaz, intenso, en el que nos sentimos identificados todos los que amamos el objeto del libro, en cualquiera de sus formas.

La librería hoy está desaparecida pero en el 84 de la Charing Cross Road, aún hay una placa que la recuerda.

Gracias a Ana Peláez PhD, Boston College

 

 

 Hanff, Helene
84, Charing Cross Road
Barcelona: Anagrama, 2012

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