En el Corazón de la Sierra Negra,
al sur de Francia, y bañado por el río Dure, encontramos, al final de un
pequeño sendero, el pasaporte a un mundo lleno de magia, el último molino de
papel activo de Languedoc, en funcionamiento desde 1674. Este museo permite
descubrir las antiguas técnicas de fabricación, creación y producción de papel,
haciéndonos partícipes de esta pequeña parte de historia.
Las instalaciones sólo se pueden
recorrer en visitas guiadas de casi dos horas en las que van mostrando el
funcionamiento del molino desde los aspectos técnicos más complejos, hasta el
secado de papel.
Un somero resumen de la divertida
pero magistral clase que entraña esta visita iría así:
Después, explican la
fabricación de un tamiz: el marco y contramarco que delimita el tamaño de papel,
cuya función es contener la pulpa al retirarla del agua para darle forma a la
hoja, así como las diferentes firmas o marcas al agua que puede contener, y que
señalan a su fabricante o a la familia que utilizaba estos papeles. Y, para
finalizar, enseñan a hacer nuestra propia hoja de papel.
La visita es un placer para los
sentidos: el paseo desde pueblo hasta el molino, junto al entorno el edificio
que merecen la pena por sí mismos; la oportunidad de meter las manos en el
pilón de agua con celulosa y fibras suspendidas como si fueran sopas de pan,
escuchar las divertidas anécdotas del guía, u observar los pliegos de papel
manual colgados del techo por cada rincón y por la tienda, son sólo algunos de
los muchos pequeños deleites que aguarda al visitante.
Además de organizar visitas y
talleres para adultos y grupos de escolares, el molino todavía fabrica papel ex professo para algunos artistas
plásticos y calígrafos como Aïdée Bernard, Catherine Cappeau o Ayuko.
11390 Brousses et Villaret
No hay comentarios:
Publicar un comentario